domingo, 5 de agosto de 2012

Dia 60

Querido Diario
La ortografía me la he pasado por las gónadas. Punto.

Detrás de cada palabra, hay un proposito… una razon o motivo por la cual se ha regalado la (muy puta) misma sin esperar una respuesta. Ese camino es largo, desde que esa palabra nace en tu mente, la razon por la cual decides usarla nunca termina de ser un termino claro, el intante en que la escribes, cuando la ves ahí, impresa en el ordenador, te das cuenta que junto a otras palabras mas, forman un sin fin de significados e ideas que poco a poco van fluyendo…. Y por ultimo y mas problemática de todas, la razon para que otras personas tengan el privilegio de saber lo que transcurre por la mente de otra persona (oh que gran error… tan suave y placentero), un motivo real para darle a conocer a ese ser externo a tu trayecto, una pizca de ese sancocho al que le has echado una cola de lagarto.

Como creo que lo he remarcado antes, muchas personas me han preguntado la razon por la cual habia dejado de escribir, y siempre les he dado la misma respuesta (una mentira blanca, como lo dicen los mortales) y es que ya no sale nada bueno, util o que sea de suficiente agrado como para tomarme la molestia de continuarlo… (Ilusos), en realidad, siempre he escrito y es algo que no dejare de hacer aunque me corten las manos y me las den de comer a la parrilla con salsa de ciruela, solo que ya no he encontrado razones suficientes como para dejar que esas personas en especifico sepan lo que se cuece en mi (que tiene un olorcito a pasta con pecorino y mayonesa)

Hace poco he tenido una discusión con mi conciencia (como unos 15 minutos) discutiendo el por que se toman esas decisiones (por pendejo)… por que un hombre, que casi nunca ha dormido en la misma falda dos veces seguidas (Perro), toma la decisión de dejar de hacerlo, sabiendo que eso es algo que siempre ha hecho que el se sienta pleno y tranquilo con su propia conciencia (con la que ahora debate), tomando una posición de confianza en alguien que apenas sabe su nombre, reaccionando de forma ilogica y (pendeja) con poco sentido coherente. Ahí es cuando su verdadero yo le intenta dar cachetadas morales y lo regresa al plano mortal donde se culminan los debates con un “no confies en nadie que hayas conocido en un bar”… y aunque en realidad no fue en un bar, sigue manteniendo el mismo sentido.

Ya con tantos puntos claros… ya sabran la razon o motivo por la cual he escrito esto (y lo he publicado). Aunque hayan ciertos escritos y cartas que desde mi punto de vista critico (son una mierda) valen la pena, no todos han tenido un motivo de peso para ser publicados… siempre cuando has terminado de revisar y confirmar de que lo que has dicho, es lo que en realidad querias decir… llega ese momento en que ves como el cursor se pasea por tu monitor directo al boton “publicar”, y en la milesima de segundo que le tarda al dedo dar un click, el raton se mueve levemente a la derecha y le da al boton guardar, y antes de que pueda pensar en por que lo he movido justo en ese instante, el cursor se va con prisa a la x y finaliza algo que pudo mejorar o empeorar las cosas.

Y ya para finalizar esta pagina nocturna de logica medida a 12v, con una continuidad de 0.5a… “¿Por que debo yo confersarme con un cura, si el cura nunca se ha confesado conmigo?”

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